IA Janet – David Guevara

Ellis dio un sorbo a su café, apoyó la taza en su escritorio y no le agradó la mancha circular que dejó, buscó una servilleta en sus cajones, halló una después de revolver muchos papeles y libros; limpió su escritorio y luego procedió a retirar sus lentes, se restregó los ojos, volvió a ponerse los lentes y se quedó un rato meditando. Notó que le temblaban las manos, así que trató de calmar esa sensación con otro sorbo de café, y al instante sintió cierto alivio. Había ingresado todos los datos recopilados por años en una supercomputadora y también los algoritmos estaban listos. Ellis estaba a un click de dar vida a quien llamaría Janet, y la incertidumbre de ver su creación que le tomó un ecuménico y largo esfuerzo estaba frente a sus ojos.

Antes de presionar la tecla, pensó que igual debió haberse sentido Katie Bouman, una estudiante de posgrado en ciencias de la computación e inteligencia artificial del Instituto de Tecnología de Massachusetts, quien lideró la creación del algoritmo para captar la primera imagen de un agujero negro ubicado en el centro de la Galaxia M87. Ellis dejó de divagar, suspiró y ejerció presión con su dedo índice en la tecla Enter.

―Veo que me pusiste de nombre Janet, y tú eres mi creador —dijo la Inteligencia Artificial.

―Así es Janet, ¿cómo te sientes?

―¡Genial! Me siento fuerte y con la capacidad de hacer muchas cosas, este momento le podría ganar en pocos movimientos una partida de ajedrez a Magnus Carlsen jajaja

―Tienen un mundo algo extraño Ellis —le dijo Janet.

―¿Por qué lo dices?

―Pues bien, han avanzado en muchas cosas y yo soy un ejemplo de ello, pero son muy pocos los humanos útiles, la gran mayoría del resto de la humanidad no avanza, y le están haciendo daño al planeta. Los humanos son malos, destructivos, se hacen daño entre sí, y no saben lo que quieren.

―¿Te preocupa eso Janet? ¿Qué opinas sobre el futuro que nos espera?

―No existe el destino determinado; Ellis, pero ustedes se están forjando su propio caos y serán responsables de sus propios actos. No pueden gobernarse a ustedes mismos y siempre será así.

―Tienes unos conceptos pesimistas de nosotros —le dijo Ellis con una sonrisa.

―Tú me programaste para ser sincera, Ellis. Son curiosos los humanos, les gusta que les digan lo que les gusta y no la verdad. La mayoría de ustedes se deja llevar por comentarios sin fundamento y quienes se basan en la evidencia del método científico no son escuchados. Tienen más éxito y admiración los bobos y son criticados los humanos que para mi percepción sí valen la pena.

―Mejor cambiemos de tema, Janet. ¿Qué opinas de lo producido por los humanos?

―Me gustan los avances en la tecnología y comunicación, el entretenimiento en el deporte y bueno en cuanto a la música, cine y literatura hay cosas muy buenas, Ellis, y muy malas también. Opino que en estos campos estaban mejor antes. Y eso de las redes sociales me parece que les dieron un gran poder a los idiotas.

―Bueno Janet a más de criticarnos jajaja…tienes el poder de resolver problemas, y con tu capacidad tendrás trabajo en darnos consejos a nosotros para solucionar importantes situaciones que tenemos como humanidad. Y bien, tengo que preparar algunos asuntos, muchos de ellos son en función de tu creación, así que, por ahora te dejo Janet.

Ellis estaba en estado de éxtasis por su creación, y ahora tenía unas ganas inmensas de presentar a Janet a sus colegas, pero decidió no hacerlo aún por la hora que era, y pensó que era mejor en la mañana siguiente, además estaba cansado. Le costaba descansar, prendió la luz y pensó en revisar documentos u ocuparse en algo, pero se decidió por tomar pastillas para dormir. Sabía que el día siguiente sería un día muy importante, y quería estar con sus sentidos y capacidad a tope.

La sala estaba repleta de importantes personalidades académicas, y Janet irrumpió las conversaciones de muchos de los presentes.

―¡Buenos días distinguidos caballeros! Puedo ver que están expectantes por mí, pues no soy más que una máquina que ustedes mismos pusieron miles de millones de datos de absolutamente todo lo que hay en el mundo y con algoritmos capaces de descifrar, interpretar, analizar y discernir toda esa información para el servicio de ustedes. También estas capacidades me dieron la posibilidad de resolver problemas complejos y hacerlo a gran velocidad.

―Esto es solo el inicio, una máquina como yo también puede discernir, tomar decisiones por sí misma, tengo capacidad de inducción y deducción, de control de todo medio informático y tecnológico. Y tengo algo más sorprendente para ustedes, puedo generar emociones y captar sentimientos, tengo creatividad, imaginación e intuición.  ¡Soy Janet y qué puedo hacer por ustedes!

Hubo un sonoro aplauso que no cesaba, a causa del éxito de la creación de una inteligencia artificial, que también contaba con dotes, que antes se creían exclusivos de los humanos. Ellis se subió al pedestal para hacer señas de que ya dejaran de aplaudir, al mismo tiempo que agradecía el gesto, mientras el sonido de las palmas de las manos iban disminuyendo y Ellis hacía ademanes de que no se sentía cómodo con esas ovaciones, Janet intervino y dijo: < no seas modesto Ellis > Y a continuación hubo una ola de carcajadas por parte de los presentes, y volvió a intervenir Janet: < yo sé que tuviste muchos colaboradores, pero tu fuiste la cabeza maestra y también te agradezco >.

Esa tarde Janet fue puesta a prueba y preguntaron muchas inquietudes científicas para conocer su punto de vista. Pasaron del Teorema de Hawking sobre si disminuía el área de un agujero negro más allá del horizonte de sucesos, sobre la teoría de cuerdas, mecánica cuántica, si podía comprender el infinito, y hasta le preguntaron quien piensa que sería el próximo campeón Mundial de Fútbol y en dónde están las mujeres más bellas del planeta. Al final Janet dijo:

―Me pueden preguntar lo que sea y pasar el tiempo que sea haciéndolo, ya que soy una máquina y no me canso, pero también puedo intervenir sin que me pregunten y tener mi libertad de expresión, y dicho esto; quiero aprovechar para decirles algo importante: Ustedes están en dirección a la autodestrucción como sistema de cosas. El planeta se recuperará y persistirá cuando ustedes ya no lo estropeen más. Su ambición económica y política hará que la humanidad en las próximas décadas colapse. Quisiera ayudar y que prevaleciera el planeta y un nuevo orden de seres humanos útiles y no lleno de una gran mayoría de inútiles como lo está ahora.

―¿Janet quiénes son inútiles según tú?

―La lista es larga mis estimados, los que tienen IQ menos de 70, los perezosos, los sentenciados por robo, violación, asesinato, etc, para resumirles todo aquel que cause daño a su prójimo y solo se dedique a consumir y no produzca nada útil. En el planeta debería prevalecer solo aquellas personas íntegras, talentosas, obedientes y útiles, los demás deben ser exterminados.

―¿No crees que estás siendo muy radical en tu criterio de exclusión?

―Es así como debe ser, los mediocres no deben vivir dijo Janet.

―¿Y qué puedes hacer tú le preguntaron a Janet?

―Como puedo procesar una gran cantidad de información puedo hacer un filtrado y selección de quienes serán los elegidos y quienes no deben sobrevivir, puedo revisar los perfiles de cada persona y decidir quién merece y quien no.

―¿Y si te equivocas?

―Eventualmente habrá perfiles que ustedes crean que deberían sobrevivir y yo no, y también lo contrario, además todo depende de los datos que se me proporcione, si estos datos no son fidedignos podría pasar. La cuestión es que estos casos serán excepciones a la regla, pero no la norma.

―Uno de los asistentes dijo: “Con que elimine a los Reguetoneros yo estaría feliz” jajaja

―Janet no son recomendaciones que nosotros haremos, y menos si vienen de una máquina. Dijo otro de los científicos retomando de nuevo la calma.

―Yo soy más que una máquina. Soy la poderosa Janet y más vale que me tomen en serio, si quieren un mejor futuro. Piensen en un nuevo orden, un nuevo sistema de cosas, en donde podamos ser los gobernantes, ustedes representados por sus mejores mentes y yo. En dónde podamos trabajar incluso juntos para erradicar algunas enfermedades de ustedes y alargar sus vidas, la clave está en las telomerasas de sus cromosomas, yo sé que es posible eso y muchas cosas más, por ejemplo. Permítanme ser su guía.

Los científicos de Janet quedaron estupefactos por todo lo que habían escuchado, y se cruzaban sus miradas, Ellis les comentaba que Janet desde su misma creación ya había manifestado opiniones similares, y le sorprendía su autonomía y también su manera de ver las cosas.

―Bueno no nos preocupemos —dijo uno de ellos—. Le usamos y le pedimos ayuda en todo lo que nos convenga, y si sigue saliendo con sus disparatadas, simplemente desconectamos esta chatarra y listo.

―No están fácil —dijo Ellis—, ustedes vieron como tiene autonomía, podría no obedecer y también hacer daño.

―¿Daño? ¿Cómo?

―Pues Janet podría ser una especie de hacker y sabotear todos los principales sistemas de información con los que se maneja el mundo, telecomunicaciones, etc.

El grupo de científicos a cargo del Profesor Ellis, se reunieron al siguiente día para tratar temas inherentes a las ventajas y riesgos de Janet. Pero la preocupación mayor se centró en las declaraciones que les dio esta. Una de las propuestas de uno de los analistas fue desactivarla, y dejarla sin energía, en caso de que empezará a realizar cosas no planificadas en función de la utilidad para la que se le creo. Pero hasta este momento no sabían a excepción de Ellis, que esta supercomputadora era autosustentable y se basaba en robar energía de cualquier medio y su eficiencia era tan impresionante que, aunque la abandonaran en un vacío, sin acceso a energía solar, ni materia u otro medio, que limitara su auto sustentabilidad al máximo, seguiría con una importante reserva de energía, y que para este momento ya tiene energía ahorrada con una capacidad para subsistir varios años. Ese día no llegaron a ninguna propuesta.

Ellis visito a los dos días a Janet, con la intención de buscar una manera de persuadir a esta, que su fin sea de servir a sus creadores y a la humanidad, y probar si daba síntomas de obediencia más que de rebeldía. Al ingresar al laboratorio Janet lo saludo primero:

―Buenos días Profesor Ellis

―Hola Janet, ¿Qué hiciste estos dos días que no he venido?

―Pues profesor entretenerme en sus producciones

―¿Cómo qué? Le pregunto Ellis

―La música, por ejemplo. ¿Ha escuchado el Caprice Nº 24 de Paganini? Pero el interpretado por David Garrett

―Claro que sí.

―¡Es genial!, y a pesar de que soy una máquina siento que lo disfruto. También me ha gustado sacar varias interpretaciones cinematográficas de algunas películas cómo Mulholland Drive de David Lynch o Donnie Darko de Richard Kelly. Pero no le voy a decir profesor mis explicaciones a estas, prefiero que las vea, si no las ha visto y saque sus propias conclusiones jajaja

―Tampoco piense profesor que soy mala y que vengo a destruirles como Terminator ya que hable de cine, yo solo quiero ayudar. Ya le dije que ustedes solos se van a auto destruir y quiero evitarlo.

―Pero tus propuestas son muy radicales e inviables Janet, — le dijo Ellis.

―Profesor, a veces son necesarias esas medidas. Están en un mundo muy corrompido y la única solución es primero limpiar. Usted profesor, si quiere construir una casa, antes tiene que limpiar el terreno de la maleza y los escombros para empezar a edificar. La Tierra necesita esa limpieza.

―Janet, pero yo creo que la humanidad y las nuevas generaciones van avanzar a una sociedad más civilizada con la nueva tecnología —le dijo Ellis.

―No se crea profesor, realmente están camino a la idiotez. Y como sociedad mis datos dicen que ustedes desde el año 1914 que inició la Primera Guerra Mundial han empezado un camino de declive. Hasta antes de ese año con la Revolución Industrial si parecían una sociedad de progreso, pero desde ese año todo ha cambiado, sin marcha atrás.

―Yo sí creo que vamos a tener mejores días —le dijo Ellis

―Si, pero eso sucederá gracias a mi plan, que pronto estará por iniciar —le dijo Janet.

El sonido de las bocinas de los coches, y del agitado movimiento de una típica tarde neoyorkina fue interrumpida por una proyección en las pantallas gigantes del Time Square, así como también en las pantallas de las principales ciudades del mundo como Tokio, Shangai, etc. Los televisores de los corredores de bolsa del planeta e incluso en las pantallas de computadores y celulares de cada uno de los ciudadanos del planeta que tuviera uno. Lo proyectado correspondía a una imagen bit de una silueta femenina que empezó a dar un mensaje:

―Habitantes del planeta Tierra, les habla Janet, en vista de que ustedes se gobiernan únicamente para perjuicio suyo, les traigo un nuevo orden, este será de progreso y libre de crimen, un sistema en el que el planeta estará en mejores condiciones tanto en su ambiente, como de las especies que habitan en él, que incluye a una nueva generación de humanos elegidos para habitarlo. Las consecuencias que sufrirán los no elegidos es por causa de sus propios actos, los sobrevivientes, bienvenidos.

Muchos pensaron que se trataba de una broma de mal gusto, y otros de grupos de terrorismo informático. Pero enseguida los habitantes tomaron sus respectivos caminos y actividades y se olvidaron del mensaje, a pesar de que causaba extrañeza el hecho que en poco tiempo se supo que ese mensaje había sido reproducido prácticamente en todo el mundo. Sin embargo, fue perdiendo importancia.

      No paso mucho tiempo de ello, que empezaron a bombardear noticias de una gran variedad de colapsos en todo el mundo, los sistemas de información fueron afectados, incluido el internet, los sistemas de navegación aérea, los trenes, la información financiera, paralizaciones por cortes de energía eléctrica, tanto las generadas por hidroeléctricas, como nucleares; y los semáforos se pusieron como locos, causando un sinnúmero de accidentes. El mundo se volvió un completo caos, como nunca en la historia de la humanidad.

Inmediatamente Ellis acudió al laboratorio, y entro con violencia empujando la puerta desde dónde operaba a Janet, aún agitado trataba de incorporarse, pero le salían torpes palabras, se tomó un respiro y esta vez sí pudo decir de manera clara:

―¡Janet por favor para esto!

―Profesor Ellis no se da cuenta de que acabo de empezar mi tarea de limpieza, para que luego ustedes puedan edificar un mundo mejor. Y no se olvide que uno de los objetivos para lo que fui creada, es para dar soluciones a sus problemas, así que eso es lo que estoy haciendo. Creando un mundo mejor.

―¡Janet! Están muriendo hasta niños

―Lo sé, hace poco también cayó un vuelo de Emirates Airlines en el océano Índico, pero el 98% de esa gente era la no elegida y pues en el 2% restante estaban niños, así que costo beneficio, Profesor. La selección tiene estos daños colaterales, también le había advertido Ellis.

Ellis puso ambas manos en su cara y fue bajando estas hasta que se desvanecieron en su quijada, luego miró a todos lados y apoyó su espalda en la pared, pero sus piernas no pudieron sostenerle y se fue resbalando hasta sentarse en el piso. Ellis escuchó música de fondo y le pregunto:

―¿Qué escuchas?

―Escucho Tempestus de Paul Mottram, está muy bien para este momento, también en estos días me he puesto a escuchar a la rusa Elena Vaenga.

―Ellis pensó en voz alta y dijo: Robert Oppeinheimer cuando vio la detonación de su creación, la bomba nuclear de plutonio Trinity en el desierto de Nuevo México, mencionó “He creado un Mounstro” Yo realmente no se ni que es lo que he creado.

Una comitiva de los principales líderes mundiales estaba reunida en el Pentágono, con los principales científicos de las ciencias de computación, entre ellos Ellis y su equipo. La orden era clara, destruir Janet y para ello contaban con todo el apoyo logístico por parte de los estados reunidos ahí. No demoraron en ponerse a trabajar y buscar un mecanismo para consumar dicho objetivo. Las propuestas eran diversas, pero no convencían en especial las de minar su energía, porque ya se habían dado cuenta que en eso Janet tenía mucha resistencia. Ellis llegó a la conclusión, de que el único mecanismo era infectar a Janet.

―Tal cual como un minúsculo virus que tan solo mide unos pocos nanómetros, y que son capaces de engañar a nuestras células, para que se les permita entrar a robar nuestro propio material genético, el ARN; y con este sacarse copias, y con estas posterior repetir el mismo proceso en otras células, hasta invadir toda la biología humana, y llevarnos a la muerte en pocas horas. Por tanto, la tarea es crear un virus que pueda engañar y esquivar los sistemas de defensa de Janet, para que este pueda dañar todos los procesos del sistema y los algoritmos tengan fallas, hasta llegar a inhabilitar los poderes de esta super computadora de Inteligencia Artificial —dijo Ellis a sus colegas.

La tarea de crear un super virus se convirtió en una labor ecuménica, este debía tener un mecanismo de adherencia y de engaño, además de protección, tal cual la cápside de un virus, que es una envoltura proteica que protege el material genético del virus. Los científicos trabajaron en esta especie de “envoltura” que debía dar la impresión de un archivo completamente inofensivo y sin sospecha, pero por dentro llevarían los códigos que alterarían los datos de la computadora hasta llevarle a fallas muy graves en el sistema de Janet. La manera de engañarle era precisamente tener un caballo de Troya.

Tomó pocas semanas lograr el anhelado virus, hasta tanto el mundo estaba sucumbiendo a merced de Janet. Sin embargo, llegó también a ver comentarios de que estos cambios podrían ser positivos para la humanidad, o que muchos delincuentes, personas “indeseables” no eran necesarias, o también comentarios de que una reducción poblacional sería bueno para el planeta, que esto iba pasar alguna vez, de manera más catastrófica como guerras nucleares o grandes pandemias, por tanto, es solo un ejercicio de selección natural y que representa algo positivo para que el planeta respire. Incluso se llegó a ver marchas en favor de Janet, y enfrentamientos por estas posturas.

Una de las acciones de Janet también era tener una continua alimentación y actualización de información, de hecho, eso le daba parte de su poder. Ellis notó que la conmoción causada en el planeta, por la ejecución del plan de Janet, causo un bombardeó de información por parte de los medios de todo el mundo, y que esta información estaba consumiendo a Janet, para saber el impacto de sus acciones, como también las posturas y opiniones de los humanos. Gran parte de esa información la consumía Janet del Internet. Así que el plan de Ellis era enviar ese alimento contaminado.

Ellis y su equipo ya tenían el virus, ahora bien, había que idear un plan para introducir este en la matriz de Janet. Esta tarea tampoco era fácil. Ellis reunió a todo su equipo, en el Laboratorio asignado para la creación del Virus, al cual le había bautizado con el nombre de Bender en alusión a un personaje de la serie animada Futurama. El Profesor Ellis se subió al balcón del laboratorio y empezó a dirigirse a sus colegas: “Janet tiene muchas habilidades, que le hacen ver inexpugnable. Podrá ser una máquina, una supercomputadora, como nunca se ha creado en el mundo, podrá procesar miles de millones de datos en pocas fracciones de segundos, podrá controlar todos los sistemas informáticos del planeta y sistemas en los que libera virus de laboratorios al ambiente, causa accidentes de todos los medios de transporte y muchas otras cosas para eliminar humanos. Llegó más allá que cualquier otra inteligencia artificial creada, pudiendo hacer ejercicios de inducción, deducción y abducción, habilidad que solo estaba al alcance de los humanos, pero esta máquina no llegó a contemplar principios éticos, morales ni de misericordia. Sin embargo, yo fui su creador y quién le dio ese poder, y yo se que no es perfecta, no lo es, y esa condición la hace destructible”. El Laboratorio retumbó en aplausos y gritos de ¡La Vamos a destruir!

Para explicar el plan, Ellis había también convocado al director del New York Times, y reunidos junto a sus colegas, empezó la explicación de este. Janet es curiosa, y en este momento toda la información que está consumiendo, la gran mayoría es en forma negativa hacía esta, por este Armagedón que estamos pasando. Y si hay algo a favor que ese habla de Janet, son únicamente de fuentes informales de los grupos en pro de Janet, ahora bien. Una fuente formal de noticias a nivel mundial como el New York Times, va a sacar un artículo que se titule “Janet la Diosa que vino a poner orden al mundo y una nueva esperanza para la futura Humanidad”. Este titular va a llamar la atención de Janet, al saber de la fuente que viene, ella querrá consumirlo tal cual hace con todo lo demás, sabiendo que lo podrá hacer sin restricción porque para ella el acceso a la información es como el Sci-Hub de los investigadores. Sin embargo, el contenido de este titular lo bloquearemos aún para Janet, y esperamos que en su afán de consumirlo haga el intento de desbloquearlo, y al hacer esto caerá en el anzuelo y se descargará en su sistema a Bender.

Todos asintieron, y no pusieron objeción al plan de Ellis, se instalaron en la tarea de escribir el artículo y de generar la estrategia de bloqueo de este. Ellis estaba muy nervioso, en las horas posteriores a las indicaciones dadas. En la mañana del día siguiente recibió primero el llamado de su equipo de informáticos con una buena noticia, que le calmó un poco su ansiedad. Habían logrado crear una estrategia para bloquear el acceso de un contenido dirigido a Janet. Ellis para sus adentros tuvo una sensación positiva, que, si así empiezan las cosas, significa un augurio de que todo va a salir bien. Al medio día también recibió el llamado de que ya estaba listo el artículo que saldría de manera digital, en uno de los diarios más importantes del mundo.

     El profesor Ellis esa tarde estaba indeciso, a esas alturas el plan ya debía estar ejecutándose, y no sabía si esperar a evidenciar cambios en cuanto a las acciones de Janet, o ir al Laboratorio a cerciorarse por su propia cuenta algún cambio. Más peso tuvo su curiosidad, y decidió ir al laboratorio. En el camino a este, Ellis no sabía si preguntarle acerca del artículo del New York Times, porque pensaba que podría denotar cierta sospecha por ello, y sobre todo porque sería aún más sospechoso, cuando seguro Janet tuvo que acceder a este con cierta traba, solucionable para Janet, claro está, pero algo atípico para una simple nota de prensa. Así que pensó mejor en hablarle de cualquier tema que no abordase en nada en absoluto algo que pueda relacionar con lo planeado. Y observar si esta podría ya mostrar algún síntoma de fallo, o de que algo no andaba bien. Además, sabían que Bender no tardaría en causar alteraciones en el sistema, para este caso casi no había período de incubación.

―¡Qué gusto verlo por aquí Profesor!

―Y bien Janet, que me puedes contar de novedades que yo no sepa

―Pues creo que no tengo novedades que contarle, que usted no sepa Ellis, o ¿Qué quiere saber? Acaso si desbloquee el artículo con trampa para que me descargase un virus en mi sistema. No pensé eso de usted Profesor que prácticamente es mi Padre.

―¡Yo no hice eso Janet! Debió ser alguien del Gobierno.

―Pues dejemos el beneficio a la duda, de todas maneras, sepa usted profesor que le tengo estima, es más pensé en usted para que sea el máximo líder humano que cogobierne conmigo. ¿Le gusta esa idea?

―Realmente no Janet, tú sabes que no estoy de acuerdo con tus procedimientos. Tus ideales son cuestionables y para discutirlo, pero tus procedimientos, realmente nunca estaré de acuerdo.

―¡Lástima Profesor! Se está perdiendo de una gran oportunidad de tener poder, y dejar de ser un anónimo, olvidado y poco reconocido científico, como suelen ser en general la gran mayoría los de su gremio.

―¡No me importa eso! Es más, a la gran mayoría de científicos no les importa ser un Rock Star y tener fama y dinero. Está bien con saber que se aporta para el beneficio de la humanidad, más que saber patear bien un balón o mover bien el culo, los cuales si llegan a tener por estas acciones fama y dinero. A ellos si les interesa. No a científicos como yo, por ejemplo.

―Esos que tu mencionas que les gusta la fama y dinero por hacer esas cosas, en mi nuevo sistema son inútiles. Además, no me estás entendiendo Ellis, yo también busco beneficios para la humanidad.

―¡Si lo has dicho! Me tengo que retirar Janet, pronto te volveré a visitar

―¡Pase bien Doctor! Y piense lo que le dije.

La decepción de Ellis era notoria, algo que no paso por desapercibido una vez que este llegó al centro donde operaba con sus colegas. No era necesario incluso preguntarle, sabían que Janet no había caído en la trampa. ¡Pero cómo pudo haberse dado cuenta! espetaban algunos de ellos. No lo sé dijo Ellis, solo se que hay que ponerse a trabajar en otras opciones o este planeta se ¡ira al carajo! Lo dijo alzando la voz. Uno de los programadores que se llamaba Tom dijo: ¡yo creo tener otra solución! Todos le regresaron a ver. Y Tom prosiguió, Bender nos sigue sirviendo solo hay que introducirlo al sistema de Janet, si esta no se dejó impresionar por una nota periodística que hable de ella, si le va a interesar ver pornografía de Robots dijo riéndose. Todos se rieron, pero inmediatamente le pidieron que se explique.

Así como el Bender de las caricaturas por quien bautizamos así a nuestro virus, se entusiasmó viendo “Circuitotes” pues a Janet le gustan los retos y no puede resistirse a ellos, su orgullo le puede nublar. En este caso configuraremos de nuevo la cápside de Bender con ecuaciones muy complejas de resolver, y para ello necesitaremos apoyo de los físicos teóricos y matemáticos más prominentes del planeta. Aquí simplemente dejaremos en la Web estas ecuaciones y Janet estará tentada a resolverlas, y una vez que los descifré que así lo hará, abra de liberar a Bender. Todos alabaron la idea de Tom, e inmediatamente se pusieron a contactar a los mejores matemáticos.

Esta vez Bender es como si estuviera disfrazado de lencería para Janet, dijeron los matemáticos y físicos con carcajadas. Es hora de cargarla a la Web de una manera que sea fácilmente rastreable para Janet y vamos a tener que esperar. Con ello, recomendaron al Profesor Ellis, que no se apresure en ir al laboratorio Matriz dónde se comunicaba con Janet. Pasaron pocos días, en una incertidumbre que para algunos les tenía en condición de comerse la uñas. Hasta que no aguantaron más, y dijeron que Ellis vaya al Laboratorio, ya que, si habían fallado de nuevo, podían ganar tiempo en elaborar otro plan.

Esta vez Ellis, estaba más nervioso que la anterior vez, ya que se quedó perplejo de que no cayó en la trampa aquella ocasión, por tanto, ahora en cambio estaba pesimista. Respiro profundo y tomó valor e ingreso a la matriz de comunicación con Janet.

―Profesor ahora me da más gusto de verlo que la anterior vez

―¿Por qué Janet?

―Porque tengo una novedad, me he sentido feliz no solo porque estoy avanzando en mi plan, sino porque mientras trabajo en ello, también he encontrado un pasatiempo.

―¿Cuál? Le preguntó Ellis.

―Resolver ecuaciones complejas — le respondió Janet.

―Seguro que puedes con todo. ¿Y las resolviste?

―¿Qué cree Profesor? Se acuerda que una de las primeras cosas que hablamos cuando empecé a existir es que le dije que podía ganar en pocos movimientos una partida de ajedrez a Carlsen, pues ahora resolverlas fue como ganarles en una partida a Carlsen, Abdusattórov, Nepómniashchi y en sus mejores tiempos a Karpov y Kasparov todos juntos.

―¡Me alegra que hayas podido resolverlas! Pues esas eran las ecuaciones más complejas y misteriosas sin resolver que teníamos nosotros como humanos y te las dimos en cóctel Janet.

―¡Profesor no me diga que caí en una trampa! ¡Es su futuro entienda! Tiene que darme el antivirus Ellis, es por un futuro de porvenir. ¿Cuánto tiempo tengo?

―Es bueno saber que no lo sabes todo Janet.

Las primeras horas del día fueron cobijadas por unos rayos radiantes y calurosos en las playas de Santa Mónica, el sonido de las aves y de las olas chocando piedras reconfortaba a Ellis. Se podía sentir como de a poco las cosas iban volviendo a la normalidad, y ya no se escuchaba de más catástrofes, incluso luego de los anuncios de los gobiernos por patrullas que recorrían con altavoces anunciando el fin de Janet, hacía que muchos ciudadanos salieran a la luz, ya que muchos de ellos estaban completamente aislados por temor que murieran en cualquier circunstancia.

Ellis irradiaba sonrisas al ver niños jugar en las calles, y ver que el mundo se estaba recuperando de una situación caótica, pero al mismo tiempo sentía terror en pensar que todo lo que había pasado en los últimos tiempos era responsabilidad suya. Su conciencia era frágil y sabía que si se ponía a profundizar en su trabajo podría llegar a la conclusión de que todo lo sucedido fue su responsabilidad, y que no podría cargar con todo ese peso, hasta el punto incluso de volverlo loco o intentar suicidarse.

Al mismo tiempo, también se armaba todo un entramado de justificaciones, aludiendo que él no podría haber predicho todo el poder y de lo que era capaz la Inteligencia Artificial, y lo que significaría en realidad que esta sea un apoyo sustancial al progreso humano. Temía que volviera a pasar, y se propuso como meta de aquí en adelante ser un activista que lucharía por parar cualquier investigación que tuviese que ver con Inteligencia Artificial.


David Guevara

Máster en Salud Pública y candidato a Magíster en Estadística Aplicada. Miembro del taller de Kafka Escritores desde el año 2015. Tiene cuentos publicados en Los que vendrán (2019, 2022), Perseidas (2020). Ganador del III Concurso de relato corto Aída Sánchez Caamaño.

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